Hace unos meses le dí la oportunidad al servicio de suscripción de Last.fm, servicio que vengo utilizando desde hace varios años y cuyo servicio de paga cuesta $3 USD mensuales, cantidad que me pareció razonable a cambio de un servicio de radio bajo demanda según gustos musicales. Si algo me encanta de Last.fm es la manera de organizar la música por medio de etiquetas, un medio más inteligente a mi manera de ver que la simple clasificación por géneros (lo que te falta, iTunes) porque una canción, artista o álbum puede encajar en más de un solo término. Lo gracioso de tener el servicio de paga era ir etiquetando música conforme la escuchaba para finalmente generar las emisoras personalizadas según mi conveniencia.
La mala onda fue hace poco cuando Last.fm anunció cambios en su política de uso que básicamente consistían en cerrar las estaciones de tags personales y temas favoritos, simple cuestión con la que perdí interés en el servicio de paga. Dicho sea de paso, hace falta alguna aplicación para aprovechar el servicio desde BlackBerry, además de un catálogo de música más amplio. Todo esto desemboca en que hoy fue mi último día como suscriptor de Last.fm y decidí darle una probadita a Grooveshark, que por ahora domina más el terreno y parece un tanto atractivo, vamos a ver cómo nos va.
Antes de despedirme de Last.fm me metí a las aplicaciones del Playground, su zona "VIP" y me saqué un gráfico que muestra mis tendencias en gustos musicales el 2010 con respecto al 2009. No es la gran cosa, pero son las poquitas curiosidades que ahora se le podrían extrañar a este servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario