miércoles, 26 de agosto de 2015

Querer de todo y de nada


Llegué a un punto donde me detuve por un instante y me cuestioné a dónde iba y por qué estaba donde hoy.
Sufrimos un exceso de información y desinformación. Demasiados medios, demasiadas redes sociales, títulos engañosos, memes estúpidos, malas noticias, espejismos sociales, recetas mágicas y frustraciones autoinducidas.

Demasiadas explicaciones y expectativas.
Demasiadas indicaciones para ser feliz.

Y tan corta la vida.

Llegué a la conclusión de que no voy a salir a bailar si no quiero bailar.
No voy a beber si no quiero beber.
No escucharé la música que quieren que escuche.
No vine a cumplirle sus caprichos a nadie.

Voy a escuchar los nocturnos de Chopin o las partitas de Bach si las quiero escuchar.
Voy a escuchar La Casa Azul si quiero escuchar La Casa Azul.
Voy a escuchar a los Blood Brothers si quiero escuchar a los Blood Brothers. Aunque sea el mismo disco viejito de siempre.
Voy a repetir una canción una y otra vez si se me antoja.
Aborreceré la música de mis artistas favoritos para volver a abrazarla después de varias semanas de ausencia, de ser necesario.
Voy a componer la música que tenga que componer, no la que tú quieras escuchar.
Voy a escribir como me venga escribir, a twittear lo que quiera twittear, a compartir en las redes lo que yo quiera compartir. Con quien lo quiera compartir.
Voy a debatir lo que quiera debatir e ignorar lo que quiera ignorar.

Leí hace poco del Snapchat y de cómo viene ganando seguidores más que cualquier otra red recientemente. Acá en México parece que ese boom no nos ha llegado aún y está algo vacío, pero me di a la tarea de probarlo y me gustó ese esquema de ser algo temporal, sin likes ni comentarios, sin un contador que te diga cuántos amigos tienes tú y cuántos tu vecino.
Deja de poner tu fe en un número.
Deja de buscar la aprobación. Adopta sólo las modas que tú quieras para ti.

En silencio o haciendo ruido, me limitaré a enfocarme en lo que tenga que hacer.
Tengo una visión de quien quiero ser en tres años. Voy caminando para no tropezarme y aún así no se vive con la certeza de nada. Pero eso está bien.
Sólo sé que debo estudiar.
Sé que Maddevi tendrá un nuevo disco empezando el 2016. Después de eso no sé si HATR Project, si más Maddevi, si otro proyecto que se me ocurra.
Quiero hacer un montón de cosas pero hay que ir por una a la vez.
Así que seguiré haciendo lo que tenga que hacer, sin dar explicaciones. No te diré cómo tienes que hacer tu vida y si me atrevo a hacerlo, tienes completa libertad de no hacerme caso.

Y por amor a ustedes mismos y a los demás, dejen de decirle a los demás lo que tienen que hacer y lo que no tienen la capacidad de hacer.
Deja de quejarte de las selfies.
Deja de quejarte de que los demás comen carne.
Deja de quejarte de que los demás no se quejan como tú.
Deja de creerte más inteligente.
Deja de infundirle miedo a lo que no conoces.
Deja de reclamarle a la gente que no piensa como tú.

No te compares con nadie.
Si te aborrecen, que eso no te detenga, siempre habrá quien lo haga. Y también quien te ame.
Sé tú. Pero sé algo.
Tú decides hacia donde mirar.

Sin prisas ni fórmulas mágicas.
Sin expectativas ni presiones ajenas a las que sean tuyas.
Sin que tengas que esperar algo de mí. Ni siquiera del mundo.
Sin esperarte a que me quite la corbata o me borre los tatuajes.
Sin que te tenga que explicar lo que quiero y lo que no quiero. O si no sé lo que quiero.

Me gusta ser quien soy cuando estoy solo.
Me gusta quien soy cuando estoy con los míos.

Sólo así siento que estoy en armonía.

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