viernes, 4 de julio de 2014

Escena en Guadalajara, 2014

Ayer vi en Facebook un intercambio de opiniones que se generó a partir de una pregunta formulada por mi camarada Iyin, alguien a quien conozco desde hace varios años y que siempre se ha interesado en apoyar proyectos musicales independientes, tanto locales como algunos extranjeros. La pregunta fue: ¿Qué ya no hay buenas propuestas musicales en Guadalajara? La respuesta corta es: , sí las hay. La pregunta más complicada sería: ¿Estamos viviendo una etapa difícil en esta escena? , también la estamos viviendo.
Podríamos ahondar en el tema y generar todo un estudio, hacer una mesa de debate y hasta filmar un documental de esto (Alejandro Torres, un fotógrafo y director profesional con quien trabajamos hace tiempo nos platicó que pensaba hacerlo). Así, me atrevo entrar al juego del análisis y depositar aquí mis pensamientos al respecto.

¿Pero en serio hay crisis?

La hay, o para quienes vivimos una escena diferente hace 10 años o más, esa es nuestra percepción, así como la de quienes se quejan de que el rock & roll verdadero dejó de hacerse hace décadas porque ahora escasean los guitarrazos y los temas de protesta, percepción como la de aquellos que se quejan de la generación Zoe.
Si tratamos de ser más fríos y objetivos al evaluarlo, podemos decir que esa idea de carencia es un espejismo y que en realidad tan sólo es parte de la transformación musical a nivel global. "Ahora todos son DJ's", fue el comentario de mi amigo Pipe con quien platicaba alguna vez sobre el tema, un diagnóstico crudo pero muy acertado. La industria se está moviendo y transformando, la producción (sobre todo de música electrónica) se vuelve cada día más barata y accesible, y la balanza se está cargando de ese lado.
Prueba de que esto va más allá de las percepciones es que hace unos días escuché en RMX, la estación predominante del rock y derivados en Guadalajara, que están convocando a un concurso de DJ's para incluirlo en su festival 212, que ha sido cuna y catapulta para bandas nacionales en ediciones anteriores. Esto me puede dar a entender dos cosas: 1) que hay una creciente demanda de música electrónica en este mercado, y 2) que se les está acabando la tela de donde cortar, en cuanto a bandas locales de calidad se refiere.
Nos guste o no, esa es la tendencia de esta industria en la actualidad a nivel mundial y es una enorme bola de nieve que no podemos detener. Podemos ser amantes del jazz, del metal o del punk, podemos tener bandas de altísima calidad en ejecución, pero esta calidad no es la única variable en la ecuación para el éxito y supervivencia de un artista.

Nos faltan espacios que apoyen a la escena local

Uno de los argumentos más comunes en este tipo de discusiones es que en Guadalajara ya no hay foros donde las bandas puedan armarse una tocada y dar a conocer sus nuevas propuestas. Es cierto que nuestra ciudad sufre de una escasez de espacios de este tipo, pero esto es sólo reflejo de otros malestares.
Aunado a las complicaciones económicas y administrativas que conlleva emprender un bar, un café o cualquier negocio en general, sobrevivir en una escena donde tu público corresponde apenas a un diminuto porcentaje de la población es una tarea desafiante, y así hemos visto a lugares como el Monaghan, Les Fleurs du Mort, el Café Quimera y a muchos otros pasar a mejor vida. La población tapatía tiene en su mayoría gustos que no favorecen al desarrollo de la contracultura y propuestas emergentes, y así se vuelve más difícil llenar los foros; cada vez se vuelve más común ver conciertos cancelados de artistas nacionales e internacionales porque no se nos vendieron los boletos.
¿Por qué se han ido bandas de Guadalajara como Technicolor Fabrics, Sierra León o Descartes a Kant? Porque la escena aquí (y me refiero a los públicos) no dan para mucho. Guadalajara puede proporcionarle un cierto crecimiento a los artistas pero llegando a ese tope deben moverse a otro espacio, uno con más puertas para ser abiertas y vías de comunicación más eficaces para conectar a otras plazas del país.

Te pago con cervezas
Otro malestar que entorpece el desarrollo de estos espacios viene de las malas condiciones generadas en los mismos para los artistas. Las bandas pretenden obtener difusión a través de actos en vivo y esto da paso al oportunismo de muchos organizadores para aplicar el 'te pago tu trabajo con cervezas' o no proporcionar un espacio adecuado para las presentaciones en vivo. Otras veces obligan a las bandas a vender boletos (y si no venden todos, la banda los paga) al estilo Tokin Records en sus concursos, o llevan esto al borde de la estafa como lo que era el Rock Calli.
Este esquema es hiriente para cualquier proyecto musical que aspire a considerarse profesional. Obviamente un artista que inicia deberá ser siempre más accesible (no puedes empezar cobrando como un headliner de festivales si no tienes la capacidad de llenar un foro de 50 personas) pero reconozcamos que todo lleva su esfuerzo.

¡Secuestraron nuestra escena!

Esto también es algo que he escuchado de varias voces cuando se aborda el tema de la escena en Guadalajara: hay un grupo de músicos elitistas que se adueñaron de la escena tapatía y no dejan a nadie entrar en él.
Este es un argumento viejo y no me atrevo a definir hasta qué punto sea cierto. En mi experiencia, percibí hace unos años ese hermetismo al intentar organizar algunos eventos; también en la radio suenan las mismas dos o tres propuestas bajo el argumento de que son las únicas con calidad en toda la ciudad. ¿Y de verdad lo son?
Hagamos otro ejercicio: ¿han buscado similitudes entre todos los artistas que se han presentado en los escenarios de los festivales de Chapultepec en la última década? ¿De verdad no hay más bandas como dicen?
Defina usted mismo si existe o no existe tal círculo de amistades y determine el hermetismo de las mismas. Yo no lo puedo juzgar a ciencia cierta porque mis amistades de un tiempo para acá no son personas que estén interesadas a echarse un clavado en los eventos locales. Tal vez por ahí debería(mos) empezar.

¿Y qué se necesita para tener una escena como la que hay en otras partes del mundo?

Nada, o mejor dicho, nunca podremos tener una escena así por la sencilla razón de que los aspectos culturales y económicos son muy distintos a la de otros países: otro lenguaje, otra educación. Cualquier intento por imitarlo está destinado al fracaso; más bien se deben ver las necesidades propias en nuestro contexto y hacer que está escena tenga su propia identidad.

Echarle ganas
Finalmente, el principal ingrediente para el éxito sigue siendo el trabajo y la perseverancia. En Guadalajara hay bandas que se toman en serio su papel como artistas y ese es el único camino por el que podríamos mantener vivo un movimiento artístico o cultural.
Hace un tiempo tuvimos un altercado en un evento donde acordamos entre las bandas cooperar cada uno con una parte del backline. Una de las bandas se negó a aportar (bajo el argumento de que su equipo era muy caro y no lo querían compartir por temor a que se dañara) y no se presentaron al soundcheck; a pesar de todo exigían tocar en un horario privilegiado. La molestia fue inmediata y terminó por lastimar lo que pudo ser una buena relación entre músicos. A esto me refiero cuando digo que hace falta ese esfuerzo colectivo; la única manera de darle fuerza a una escena es apoyándonos como nos sea posible.
Por ahora sigo con el ojo puesto en propuestas prometedoras como Hey Chica! (que alguna vez les vi como Lavamatic y jamás aflojaron el ritmo), Veritas y proyectos nuevos como Fénix Phoenix.
Los músicos y difusores tenemos la responsabilidad de comprometernos con nuestro trabajo, no dejar de trabajar y estudiar, sin esperar que otros medios y artistas vengan a rescatarnos.