miércoles, 24 de junio de 2015

Buscando tu vena artística

Cuando tuve la oportunidad de pisar la Gran Manzana me encontré un librito sobre creatividad titulado Steal Like An Artist, un best seller del New York Times del cuál jamás había oído hablar y que, después de darle una hojeada, me convenció y terminé por llevarlo en mi canasta de compras.
Austin Kleon, autor del libro, habla entre otras cosas de encontrar tu "vena artística" a través de los personajes que te han influenciado para realizar tu trabajo (artístico o no artístico). Estudiar por completo a estas grandes influencias es un mejor método que ahogarte en un océano de información cuando intentas comprender su género por completo.
Sin profundizar mucho en los detalles, en alguna parte Kleon recomienda como práctica poner un retrato de tus influencias en tu lugar de trabajo. Palabras más o palabras menos, "son como fantasmas empujando", te respaldan e inspiran tu trabajo y los verás ahí cuando gires tu silla ocasionalmente.
Llevándolo a la práctica, he intentado trazar el árbol de mis influencias personales y puede ser difícil elegir a esos personajes sin sentir que estás discriminando a más de alguno, y en medio de este proceso me encontré este póster de Patti Smith, que si bien no soy un fan declarado y empedernido de su música, me encantó la visión que siempre conservó para ser artista: un ejemplo de perseverancia y el hambre insaciable tan característica de llegar cada vez a más.


Esta imagen desde ahora formará parte de mi estudio y es como un recordatorio de que el primero en creer en tu trabajo eres tú, y que no debes conformarte con lo que logras porque como dice Kleon: si te das cuenta de que eres la persona más talentosa en la habitación, es porque necesitas cambiar de habitación.

viernes, 19 de junio de 2015

Un tablero, el juguete favorito

Anoche no dormí bien. No sabemos por qué, pero fue de esas madrugadas en las que abres los ojos pensando que ya sonó el despertador y al despertar sólo escuchas el golpeteo de las gotas en la ventana, que todas en conjunto parecieran el aplauso de una multitud en miniatura sin truenos ni gritos, sólo tranquilidad.
Desperté así unas cuatro o cinco veces, luego me volvía a dormir. Ya en la mañana cuando desperté, recordé ese síntoma de todos los jueves previo a los torneos de ajedrez en los que participé cuando era pequeño.
Encontrarme con una convocatoria entre los sobres de la correspondencia siempre era emocionante, comenzaba a hacer cuenta regresiva desde una semana antes del evento y me preparaba y estudiaba para dar lo mejor de mí.
La primera ronda siempre se daba un viernes a las 5 o 6 de la tarde. Por eso desde el jueves que me iba a dormir, se me dificultaba conciliar el sueño y daba vueltas en la cama, o despertaba pensando: "ya mero" y me volvía a dormir, o me despertaba más soñoliento que de costumbre por haber dormido mal de tanto pensar en lo que me esperaba. Hoy recordé esa sensación y vine a escribirla, antes de que los años sigan pasando y se me olvide como muchas otras cosas que se van sin que te des cuenta mientras creces.
Dejé el ajedrez por la paz. Me dio mucho en su momento y aunque en más de alguna vez me vi tentado a regresar, terminé por aceptar que ese tiempo que se le requiere invertir ahora lo apuesto en otras cosas que me interesan más, y que no por eso me remueven los recuerdos y satisfacciones que me ha dejado.
Así desde niño, un tema que siempre me maravilló fue el de los niños prodigio. Personajes como Samuel Reshevsky, José Raúl Capablanca o Bobby Fischer siempre son fuente de un anecdotario curioso y poco común.
Hace un par de meses revisé Searching for Bobby Fischer, la historia de un niño que sorprende a sus padres con su habilidad innata para jugar al deporte ciencia, y los jugadores de ajedrez empiezan a murmurar esperanzados que se trata del nuevo Bobby Fischer.
Pues bien, sorpresa grata para mí, di con un trailer de una película titulada Pawn Sacrifice que está por salir el próximo mes de septiembre y que narra la vida del verdadero Fischer, interpretado por Tobey Maguire.


Fischer, para quienes no son ajedrecistas, es el mejor jugador que ha tenido Estados Unidos en su historia, que fue tan controversial por su gran capacidad en el tablero, su excentricidad, pero sobre todo por haber hecho frente a los rusos en su plena hegemonía ajedrecística, a mitad de la guerra fría, lo cual lo convirtió para muchos, en un héroe.
El trailer robó mi atención, y sin duda estaré con un pie afuera, listo para salir a comprar un boleto para cuando esté en la cartelera.

martes, 16 de junio de 2015

No todo es lo que parece

Llegué a casa después de la jornada laboral, me serví un whisky y revisé mi colección de vinilos. Me encontré el Misery is a Butterfly de Blonde Redhead que a mi gusto es de los mejores álbumes que he escuchado en mi vida y que, a pesar de eso, no escucho con mucha frecuencia (tal vez valoramos tanto esas obras porque las dejamos descansar y cuando las desempolvamos es como redescubrirlas).
El tocadiscos comenzó a girar y vinieron las primeras notas de Elephant Woman, una pieza que introduce esa atmósfera de melancolía que caracteriza al disco en su totalidad. Esta canción forma parte de la banda sonora de Hard Candy y si la buscamos en YouTube, aparece entre los primeros resultados un videoclip construido con escenas de la película.


Ahora, poniendo atención a la letra y más aun a las escenas en el video, podemos pensar en una relación de pareja caótica y hasta podríamos dictaminar que esa letra tan adolorida le viene como anillo al dedo. Pero ese Angel al que le estamos cantando no es en realidad un hombre o una mujer, y aquí es donde me pongo cómodo en el sillón para contarles una (no tan bonita) historia.
Kazu (quien canta la canción) es amante de los caballos. Así, un día previo a la concepción de este álbum salió a cabalgar y sufrió un accidente donde cayó y el caballo que montaba le causó graves heridas en el cráneo, desfigurándole el rostro (de ahí pensar en el concepto de la "mujer elefante"). Después de eso tuvo que pasar por un largo y doloroso proceso de recuperación y reconstrucción facial donde incluso se dice que tuvo dificultades para volver a cantar, y una gran parte en la composición de estas canciones se derivaron de esta amarga experiencia. La canción y su videoclip donde es más evidente esta historia sin duda será Equus.
Y así muchas otras canciones de muchos otros artistas donde no se estaba hablando del amor de una manera tan convencional como estamos acostumbrados, pero nos encanta hacer nuestras las canciones y hasta proyectarnos en ellas, y si queremos que la música nos hable de amor, haremos que las canciones nos platiquen sobre el amor.