viernes, 19 de junio de 2015

Un tablero, el juguete favorito

Anoche no dormí bien. No sabemos por qué, pero fue de esas madrugadas en las que abres los ojos pensando que ya sonó el despertador y al despertar sólo escuchas el golpeteo de las gotas en la ventana, que todas en conjunto parecieran el aplauso de una multitud en miniatura sin truenos ni gritos, sólo tranquilidad.
Desperté así unas cuatro o cinco veces, luego me volvía a dormir. Ya en la mañana cuando desperté, recordé ese síntoma de todos los jueves previo a los torneos de ajedrez en los que participé cuando era pequeño.
Encontrarme con una convocatoria entre los sobres de la correspondencia siempre era emocionante, comenzaba a hacer cuenta regresiva desde una semana antes del evento y me preparaba y estudiaba para dar lo mejor de mí.
La primera ronda siempre se daba un viernes a las 5 o 6 de la tarde. Por eso desde el jueves que me iba a dormir, se me dificultaba conciliar el sueño y daba vueltas en la cama, o despertaba pensando: "ya mero" y me volvía a dormir, o me despertaba más soñoliento que de costumbre por haber dormido mal de tanto pensar en lo que me esperaba. Hoy recordé esa sensación y vine a escribirla, antes de que los años sigan pasando y se me olvide como muchas otras cosas que se van sin que te des cuenta mientras creces.
Dejé el ajedrez por la paz. Me dio mucho en su momento y aunque en más de alguna vez me vi tentado a regresar, terminé por aceptar que ese tiempo que se le requiere invertir ahora lo apuesto en otras cosas que me interesan más, y que no por eso me remueven los recuerdos y satisfacciones que me ha dejado.
Así desde niño, un tema que siempre me maravilló fue el de los niños prodigio. Personajes como Samuel Reshevsky, José Raúl Capablanca o Bobby Fischer siempre son fuente de un anecdotario curioso y poco común.
Hace un par de meses revisé Searching for Bobby Fischer, la historia de un niño que sorprende a sus padres con su habilidad innata para jugar al deporte ciencia, y los jugadores de ajedrez empiezan a murmurar esperanzados que se trata del nuevo Bobby Fischer.
Pues bien, sorpresa grata para mí, di con un trailer de una película titulada Pawn Sacrifice que está por salir el próximo mes de septiembre y que narra la vida del verdadero Fischer, interpretado por Tobey Maguire.


Fischer, para quienes no son ajedrecistas, es el mejor jugador que ha tenido Estados Unidos en su historia, que fue tan controversial por su gran capacidad en el tablero, su excentricidad, pero sobre todo por haber hecho frente a los rusos en su plena hegemonía ajedrecística, a mitad de la guerra fría, lo cual lo convirtió para muchos, en un héroe.
El trailer robó mi atención, y sin duda estaré con un pie afuera, listo para salir a comprar un boleto para cuando esté en la cartelera.

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