martes, 30 de marzo de 2010

¡Que se acabó la fiesta!

Ando checando por diversos medios que el terror de muchas personas (por no decir jóvenes) se trata ahora de una reforma que reducirá los horarios de bares y antros en la ZMG con el fin de eliminar los after-party y así reducir el número de accidentes automovilísticos, el cual va en aumento.
Si bien estoy de acuerdo con algunos argumentos que refutan esta propuesta, también estoy de acuerdo en que se apliquen algunas normas para solucionar este problema, así que vamos por partes:

Partimos del hecho de que esta no es una solución al problema que se pretende erradicar. Según una nota periodística el presidente de la Coparmex se ha pronunciado a favor de esta "medida más enérgica, como se hace en cualquier país avanzado" y yo me atrevo a decir que esto definitivamente NO es de países avanzados, al contrario lo considero una medida retrógrada. La represión siempre es una respuesta vaga que tapa un problema mientras lo deja burbujear bajo la superficie para detonar más tarde. Ya casi veo a la gente bebiendo más a prisa, embruteciéndose antes de que cierren la barra, el auge de depósitos de alcohol clandestinos y una vía más para alimentar a la corrupción. La propuesta incluso considera prohibir la salida de bebidas de cualquier establecimiento, no más botellas ni vasitos deshechables. ¿Cuántas personas por ejemplo estarán dispuestas a dejar media botella en un lugar donde pagó hasta 5 veces o más de su valor comercial? Si la gente quiere seguir tomando, seguirá haciéndolo aún con estas prohibiciones. Recuerden que vivimos en México, el país donde puedo conseguirme un six pack de Tecate en un Oxxo de madrugada si soy generoso con el vendedor. ($)

Ahora, la gente que se ha pronunciado en contra de esta reforma no ha dado los mejores argumentos para debatir esta iniciativa. Incluso he leído en foros de opinión cosas como "si no quieren accidentarse, pues que no salgan de su casa por la noche", o "mejor que suban las multas para quienes sorprendan manejando en estado de ebriedad". La primera es una absoluta pendejada, en todo el sentido de la palabra y con la disculpa por haberla utilizado, porque estás limitando la libertad ajena. La segunda propuesta tiene una eficacia nula porque a la gente siempre le han sido indiferentes las sanciones y estas son solamente proporcionales a la mordida para el policía, esa es la verdad.

Este es un asunto de educación y nada más. Todo el lloriqueo que se está haciendo en torno a este asunto es como el niño que golpea a otro y que después rezonga cuando va a recibir su castigo. Lamentablemente la gente no es consciente del problema que puede ocasionar al manejar en estado de ebriedad, son cosas que vemos en las noticias o que alguna vez escuchamos, pero nunca entendemos que son cosas que nos pueden pasar a nosotros. Finalmente, si alguien quiere ir a matarse, que se mate, no lo detengo, el problema es que hay gente inocente, incluso gente que no toma una sola gota de alcohol que muere o queda paralítica siendo víctima de la estupidez ajena. Las personas deben darse cuenta del problema que es esto, venimos arrastrando una cultura machista desde siempre, donde tomar más nos hace más machines, donde yo soy un chingón porque aguanto la peda más que tú, y donde me pongo hasta las chanclas porque ganó (o perdió) mi equipo, en fin... pretextos nunca nos faltan.

Y como dije al principio, esta represalia NO es de países avanzados. En Cuba (que bien tiene fama de ser un país pobre) hay máquinas dispensadoras de cerveza por las calles, así como aquí vemos tragamonedas de Coca-Cola o Pepsi. ¿Por qué? Porque la gente es CULTA y sabe tomar, sabe medirse y actúa con responsabilidad. En otros países si la policía te encuentra en estado de ebriedad te ayuda y te lleva a casa, no te roban y te dejan a tu suerte (perdón por la declaración tan fuerte, pero tengo una fuente cercana de un caso similar aquí en Guadalajara, precisamente a la salida de un antro). Hay otros lugares donde los establecimientos son parcialmente responsables de sus clientes, si como conductor te embriagas, te retiran las llaves. Con cierta tristeza les confesaré que ese tipo de actitudes en nuestra educación hacen que se vea mermada la fé que le tengo a mi gente y quien me conoce sabe que no me gusta tragarme los auto-halagos que nos fomentan en los medios, que sobre todo ahorita están de moda con lo del bicentenario.

Para terminar, si les duele esta reforma no se quejen o por lo menos propongan algo, y si toman no manejen. Yo ya expresé mi humilde opinión aquí, si alguien opina diferente es libre de hacerlo aquí o donde más le plazca hacerlo.

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